Los problemas medioambientales ante los que nos encontramos a día de hoy en el mundo globalizado del siglo XXI están provocando el deterioro y la desaparición de multitud de áreas protegidas, donde se incluye una gran diversidad de flora y fauna. Por ello, desde Educar para Vivir trabajamos en la República Dominicana en un proyecto de educación ambiental que enfatiza el aprecio por la diversidad bio-cultural y los servicios ambientales que presta el «Refugio de Vida Silvestre Río Soco» (denominación del área protegida localizada en la provincia de San Pedro de Macorís, al sureste).
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El Refugio de Vida Silvestre Río Soco está formado por una variedad de ecosistemas distribuidos en formas terrestres y en el río Soco, donde se observan diferentes entradas de agua, procedente de manantiales y caños (arroyos con una cierta profundidad), contando uno de ellos con un balneario natural. Esta área protegida se inauguró en el mes de diciembre de 2010, y desde entonces comenzaron los trabajos de recuperación y acondicionamiento del área protegida. El lugar está acondicionado para la práctica de diferentes actividades ecoturísticas: paseo a pie por el sendero circular (2.000 metros) o lineal (3.400 metros) que recorren el área protegida.
En este contexto, nuestro compañero Francisco Orgaz se encarga de coordinar talleres de sensibilización junto al propio Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales de República Dominicana para concientizar a la población de la importancia de los recursos naturales para la vida actual, y para la vida de las generaciones futuras:
«En general, la educación ambiental y el ecoturismo se ven como dos practicas relacionadas pero al fin de cuentas separadas. En muchos casos, los profesionales relacionados con el ecoturismo (animadores, operadores, guías, etc.) no han logrado incorporar y generar una práctica turística en el marco de la educación ambiental. Sin embargo, si pensamos la educación como el conjunto de procesos y actividades mediante los cuales un grupo asegura que sus miembros adquieran la experiencia social, culturalmente organizada e históricamente acumulada, es decir, si pensamos lo educativo en el sentido más amplio y no sólo relacionado con lo escolarizado, sino como el proceso social por medio del cual las personas aprehenden la cultura, el ecoturismo puede ser conceptualizado como una práctica socio-cultural de orden educativo»
Francisco Orgaz en talleres educativos de sensibilización del medioambiente
Durante los meses de recuperación del área protegida se han plantado más de un millar de plantas, que se han añadido a las ya existentes en el lugar. Esta medida, además de tener el objetivo de recuperar las zonas más desforestadas del área, está dentro de las acciones que el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales de la República Dominicana realiza para combatir y frenar los problemas medioambientales que azotan la humanidad. En el propio país, estas áreas reforestadas tienen la misión de “pulmón ambiental” (República Dominicana es uno de los países más contaminados del mundo) y con la siembra de algunas plantas (manglar), se busca frenar los huracanes que azotan en los meses de agosto y septiembre el país.
Este asunto desemboca en la siguiente cuestión: si nosotros podemos disfrutar de estos recursos naturales, ¿por qué las futuras generaciones no? Las respuestas a esta pregunta deben ser acciones que ayuden a conservar los recursos naturales, y que garanticen el disfrute de los mismos por nuestras generaciones, ya que no debemos concebir el mundo como un regalo de nuestros antepasados, sino como un préstamo para nuestros hijos.
Los problemas medioambientales ante los que nos encontramos a día de hoy en el mundo globalizado del siglo XXI están provocando el deterioro y la desaparición de multitud de áreas protegidas, donde se incluye una gran diversidad de flora y fauna. Por ello, desde Educar para Vivir trabajamos en la República Dominicana en un proyecto de educación ambiental que enfatiza el aprecio por la diversidad bio-cultural y los servicios ambientales que presta el «Refugio de Vida Silvestre Río Soco» (denominación del área protegida localizada en la provincia de San Pedro de Macorís, al sureste).
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El Refugio de Vida Silvestre Río Soco está formado por una variedad de ecosistemas distribuidos en formas terrestres y en el río Soco, donde se observan diferentes entradas de agua, procedente de manantiales y caños (arroyos con una cierta profundidad), contando uno de ellos con un balneario natural. Esta área protegida se inauguró en el mes de diciembre de 2010, y desde entonces comenzaron los trabajos de recuperación y acondicionamiento del área protegida. El lugar está acondicionado para la práctica de diferentes actividades ecoturísticas: paseo a pie por el sendero circular (2.000 metros) o lineal (3.400 metros) que recorren el área protegida.
En este contexto, nuestro compañero Francisco Orgaz se encarga de coordinar talleres de sensibilización junto al propio Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales de República Dominicana para concientizar a la población de la importancia de los recursos naturales para la vida actual, y para la vida de las generaciones futuras:
«En general, la educación ambiental y el ecoturismo se ven como dos practicas relacionadas pero al fin de cuentas separadas. En muchos casos, los profesionales relacionados con el ecoturismo (animadores, operadores, guías, etc.) no han logrado incorporar y generar una práctica turística en el marco de la educación ambiental. Sin embargo, si pensamos la educación como el conjunto de procesos y actividades mediante los cuales un grupo asegura que sus miembros adquieran la experiencia social, culturalmente organizada e históricamente acumulada, es decir, si pensamos lo educativo en el sentido más amplio y no sólo relacionado con lo escolarizado, sino como el proceso social por medio del cual las personas aprehenden la cultura, el ecoturismo puede ser conceptualizado como una práctica socio-cultural de orden educativo»
Francisco Orgaz en talleres educativos de sensibilización del medioambiente
Durante los meses de recuperación del área protegida se han plantado más de un millar de plantas, que se han añadido a las ya existentes en el lugar. Esta medida, además de tener el objetivo de recuperar las zonas más desforestadas del área, está dentro de las acciones que el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales de la República Dominicana realiza para combatir y frenar los problemas medioambientales que azotan la humanidad. En el propio país, estas áreas reforestadas tienen la misión de “pulmón ambiental” (República Dominicana es uno de los países más contaminados del mundo) y con la siembra de algunas plantas (manglar), se busca frenar los huracanes que azotan en los meses de agosto y septiembre el país.
Este asunto desemboca en la siguiente cuestión: si nosotros podemos disfrutar de estos recursos naturales, ¿por qué las futuras generaciones no? Las respuestas a esta pregunta deben ser acciones que ayuden a conservar los recursos naturales, y que garanticen el disfrute de los mismos por nuestras generaciones, ya que no debemos concebir el mundo como un regalo de nuestros antepasados, sino como un préstamo para nuestros hijos.